Para mi amiga Betza.
• La Teoría del Yin Yang
Introducción
Apreciada Betzabeth, a pesar de que en este ensayo me dirijo a tu persona, sirva este para mí mismo y cuantos quieran leerlo, siendo tú un elemento inspirador de esta mi exposición sobre aspectos de la teoría del Yin Yang y de Los Cinco Reinos Mutantes. Muchos de los conceptos han sido sacados de internet, siendo mi labor la de ordenarlos para que cobren sentido y comentándolos o retocándolos para la ocasión.
Para adentrarnos en este mundo de sabiduría milenaria comenzaremos con el primer capítulo del “Clásico de la Senda y las Virtudes”, o Daodejing, también llamado Tao Te King, un libro atribuido al sabio chino Lao Tse (“Viejo Maestro”) y escrito alrededor del 400 A.C. Dicho texto pasó a convertirse en uno de los fundamentos filosóficos del taoísmo e incluso, del budismo, cuando penetró en la China y fue interpretado bajo conceptos taoístas.
道 (dào) significa literalmente ‘el camino’. Tiene un significado especial en el contexto del taoísmo, en el que implica el proceso esencial e innominable del universo.
德 (dé) significa ‘virtud’, en el sentido de ‘calidad individual’, ‘fuerza interior’ o ‘integridad’. En chino, 德 tiene las mismas connotaciones que la palabra «virtud» en español: puede significar tanto una cualidad moral, como una capacidad inherente («la virtud de curar»).
經 (jīng) significa ‘escritura’, ‘libro’.
Veamos qué nos dice el primer capítulo de Tao Te King.
Capítulo I del Tao Te King
I
“El Tao que puede ser expresado
no es el verdadero Tao.
El nombre que se le puede dar
no es su verdadero nombre.
Sin nombre es el principio del universo;
y con nombre, es la madre de todas las cosas.
Desde el no-ser comprendemos su esencia;
y desde el ser, sólo vemos su apariencia.
Ambas cosas, ser y no-ser, tienen el mismo
origen, aunque distinto nombre.
Su identidad es el misterio.
Y en este misterio
se halla la puerta de toda maravilla.”
La Nada es la sustancia del Tao y el Ser es su función. Para alcanzar el dominio del Tao es necesario primero reconciliarse con la inmovilidad, no ocuparse de cosas mundanas, dejar de lado el intelecto, el conocimiento, los deseos, el egoísmo y el egocentrismo; despojarse de las ideas preconcebidas y retornar a la amplitud mental auténtica.
Es entonces cuando hemos de pensar en el wuji, el estado primigenio del universo no diferenciado. Sería anterior al surgimiento del taiji, la «gran polaridad«, y de las dos fuerzas Yin y Yang. Según las tradiciones se representa por un círculo vacío en blanco, que simboliza la nada, el principio.
Y relacionado con él, tenemos al Wu wei (en chino <<no acción>>), que es un término que describe un importante aspecto de la filosofía taoísta en el cual la forma más adecuada de enfrentarse a una situación es «no actuar» (forzar). El wu wei sería una forma natural de hacer las cosas, sin forzarlas con artificios que desvirtúen su armonía y principio.
Todo esto es un principio de un pensamiento para el camino o Tao, a la vez que sirve en las prácticas del llamado QiGong. El qigong o chi kung alude a una diversidad de técnicas habitualmente relacionadas con la medicina china tradicional que comprenden la mente, la respiración y el ejercicio físico. Según las tradiciones budista y taoísta, de donde procede en gran parte, es un método para alcanzar la iluminación o budeidad. El Qi es la energía vital que poseemos los seres vivos y el QiGong es “el Gobierno de la Energía Vital”.
Existen muchos sistemas diferentes de qigong. El qigong puede practicarse con el cuerpo quieto o en movimiento e involucrar patrones prefijados o no (qigong espontáneo). Cuando se inicia la sesión se hace desde wuji, en donde uno vacía su mente y no debe pensar en nada, tan sólo sentir su cuerpo. Se adopta una postura quieta determinada, centrándonos en el bajo Tan Tien, que se ubica debajo del ombligo y es una zona energética vital relacionada con el <<Fuego de Mingmen>> que más adelante veremos. Con el cuerpo recto y mirada frontal, conforme nos centramos en el Tan Tien, debemos fijar bien nuestra firmeza en la zona de la planta de los pies que nos indica el punto Yongquan (“Pozo Burbujeante”), que es también un punto energético pozo, donde la energía comienza a formarse y a brotar. Yongquan pertenece al meridiano Shao Yin de Riñón (“Pequeño Yin de Riñón”) como veremos más adelante. De otro lado, debemos alinear el Tan Tien con un punto que tenemos en la cabeza, donde se unirían dos líneas que parten de las puntas de tus orejas hacia el centro de la coronilla. Este punto es Bai Hui, “Cien Reuniones” y es el punto número 20 del meridiano Du Mai.
La mente está vacía, el cuerpo totalmente quieto, la respiración es por la nariz y debes concentrarte en ella y sentirla por tu cuerpo. Entonces, tras permanecer un tiempo en dicha postura, comienza el movimiento pasando de Wuji a Taiji, la gran polaridad que dará lugar al movimiento. Hasta aquí el principio. Te dejaré con una frase sabía de un maestro chino que conocí hace años: <<Nerviosismo, más nerviosismo, cae al abismo>>.